El tiempo pasa… y no pasa en vano; va dejando su huella de vida o de muerte. Y no podemos ser meros contempladores del acontecer, sino participes con todas las formas que estén a nuestro alcance. Lo peor es la indiferencia como también la postración (“no puedo”). Decir cuaresma es centrar nuestros ojos en el sufrimiento de todos los seres como consecuencia del atropello de sus hermanos.
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